Son la 1.20 de la mañana. Mi idea era irme a dormir y mañana postear, con la mente un poco más fría. Pero sinceramente, no puedo dormir. Estos guasos me asesinaron el sueño.
Me anticipo a mí mismo diciendo que lo más seguro es que cuando me levante y vea lo que posteé, me arrepienta de algunas cosas. Pues bien, estoy caliente. Me tengo que descargar y lo voy a hacer. Y como siempre digo, lo voy a hacer acá. A la cancha se va a alentar.
SIN MÍSTICABelgrano hace desde el partido con Estudiantes a fines de 2006 que no es capaz de remontar un resultado adverso. Son dos años y medio sin poder cumplir con una característica que nos ha gobernado a lo largo de nuestra historia: la de levantarnos en las más complicadas y salir airosos. No. Dos años y medio en el que nos hacen un gol y, de pedo, podemos llegar a empatar. Pero nunca darlo vuelta.
Belgrano descendió en el 2007 no poniendo ni las manos. Entregando partidos ganables con Boca, Lanús y Gimnasia de Jujuy.
Son sólo algunos datos. Pero muy significativos. Hace tres temporadas que tenemos planteles sin alma. O que la tienen, pero la usan sólo de vez en cuando y no cuando hace falta.
Y acá es donde me duele muchísimo reconocer lo siguiente: en este torneo, vi muchas más veces a los jugadores de galleres poner huevos para remontar un resultado, que a los nuestros. La hinchada de galleres no existe, nunca empujó al equipo. Pero los jugadores muchas veces supieron lo que estaban jugando y así fue que galleres remontó varios partidos. Lo ayudaron los árbitros, es verdad, pero esas ayudas se dieron en el marco de un equipo que iba para adelante. Digamos que ayudaron a que los ayudaran. A nosotros no nos cobran penales porque nos tienen alquilados, pero también porque ver un jugador en el área es como cruzar el pacífico a nado.
Parece mentira, pero es casi una regla que los clubes en los que se está mal institucionalmente, los jugadores ponen más huevos. Acá está todo bárbaro y parece que no les importa nada. A mí en mi laburo si vivo echando moco, me suspenden o me echan. Habría que probar un sistema similar con los jugadores de fútbol, a ver si no ponen un poquito más de ganas.
EL DTGuillote me sacó las palabras de la boca: lo mejor que podríamos hacer es recontratar a Dalcio, y que él dirija los partidos de visitante, y que Labruna se haga cargo de los partidos de local.
Labruna me gusta más que los otros DT. Pero no podemos ser ciegos. En Gimnasia estuvo 853.000 partidos sin ganar de visitante. No puede ser casualidad. Algo hace mal este hombre para que sus equipos, de locales, al menos sean efectivos, y de visitante den completamente guano contra los peores del grado.
Igual le sigo teniendo fe y, si no arañamos aunque sea una promoción, igual hay que darle la oportunidad de seguir.
LAS GALLINASMe la fuman completamente. Hoy estoy muy embolado y voy a seguir estándolo. Yo soy hincha de Belgrano. Durante la semana, sí, a veces me agarra el ataque anti gallináceo, pero en realidad, una vez que la celeste está en la cancha, lo único que quiero es que gane.
Galleres no existís. No me importás. Sos amargo y pecho frío. Nunca vas a hacer como yo que puteo acá, pero a la cancha sigo yendo pase lo que pase porque mi amor por la camiseta es mayor a cualquier cosa. Vos puteás en los foros y en la cancha (si es que vas). Yo no. Nunca podrás compararte con nosotros. Hinchada como la nuestra, en Córdoba hay una sola y es la de Belgrano.
EL AMORSiguiendo con el último párrafo, apenas terminó el partido lo primero que me salió es "que los rollitos se los pierdan en el ojete". Pero no. Bastó dos segundos para que me diera cuenta que no es así.
Es verdad que nuestra hinchada DA MUCHO y NO RECIBE NADA, pero bueno, yo y la mayoría de los que estamos acá nos hicimos hinchas de Belgrano por la hinchada, por la fiesta constante, por los colores vivos, por el aliento incesante, por el sacrificio, por el orgullo, porque ser hincha de Belgrano es incomparable.
I-N-C-O-M-P-A-R-A-B-L-EEl jueves voy a estar en la cancha, previa entrega del aporte prometido para los rollitos. Ojalá tapemos el Gigante de blanco. Así volveremos a demostrar que somos la hinchada más grande. Que los jugadores pasan, pero esa gente lo que más ama es la camiseta. Nos embolamos, y es lógico, por los resultados deportivos, pero cuando al rato volvemos a mirar esa camiseta que unos segundos antes arrojamos furiosos contra la cama, no podemos contener el impulso de volver a besarla y creer que con ella todo es posible.
Estoy mal. Estamos mal. Perdí toda la fe que tenía en nuestra resurrección. Pero igual sigo amando a Belgrano. De la cabeza no me importa lo que digan, el periodismo, la policía,
SOS LO MÁS GRANDE, de la Argentina.
VAMOS BELGRANO CARAJO!!!!!
Sdos.