plopezsivilat73 escribió:Las claves de la transformación de Belgrano
por PABLO GILETTA
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Las claves de la transformación de Belgrano
¿Es otro equipo con relación al de 2019? No en los nombres, pero hay al menos cinco razones que explican el cambio que todos ven en el Pirata.
pgiletta
PABLO GILETTA
Lunes 02 de marzo de 2020 - 00:00
Actualizado: 02/03/2020 - 22:56
Cuando se lee la formación, se ve que los nombres son los mismos. Sin embargo, al menos en los primeros cuatro partidos oficiales del año, se vio otro Belgrano; más comprometido, mucho más intenso y con una línea definida de equipo que no mostraba hace rato.
Puede parecer prematuro analizar las razones, porque cuatro partidos no son una sentencia definitiva ni mucho menos. Sin embargo, son suficientes para identificar los indicios de lo que parece ser un cambio tan radical como positivo.
1) Hay referencia de autoridad
Durante varios los procesos posteriores al de Ricardo Zielinski, la preocupación de los dirigentes fue encontrar referentes positivos, que pudieran cumplir el rol que tuvieron Juan Carlos Olave, Gastón Turus y Guillermo Farré, entre otros. Conseguir nuevos referentes entre los jugadores resultó complicado. No aparecieron entre los integrantes de los últimos planteles, o al menos no tuvieron la condición de aglutinar a todo el plantel para afrontar objetivos comunes. Por eso, la llegada de Ricardo Caruso Lombardi vino a resolver esa situación: a falta de líderes naturales en el campo de juego, fue necesario que el entrenador, que debe tomar las decisiones tácticas para la planificación del juego, asumiera también la referencia única del grupo. Y, con ella, la presión por conseguir buenos resultados que venía resultando insoportable para varios futbolistas.
2) Un grupo unido
Es una consecuencia directa del punto anterior. Después del descenso (y también antes) le costó muchísimo a Belgrano generar el “clima de vestuario” que trascendió en los últimos partidos: los jugadores festejando juntos, cantando y unidos en el objetivo. Puede parecer una clave “superficial”, pero no lo es. Al fin de cuentas, en un fútbol parejo como el que plantea el principal certamen del ascenso, las sutiles diferencias comienzan a expresarse en una fórmula matemática: las posibilidades de triunfo suelen ser directamente proporcionales a la suma de voluntades consustanciadas en la causa común.
3) Mejoría física, más intensidad y recuperación de la identidad
Todo es parte de lo mismo. Cuando Caruso dijo que el equipo no estaba bien físicamente, muchos desconfiaron. Al fin de cuentas, el Belgrano de 2019 había conseguido varios empates milagrosos en los últimos minutos, arrinconando a sus rivales y después de levantar, a veces, más de un gol de diferencia. ¿Estaba mal físicamente? Es difícil confirmarlo, pero los hechos revelan que, después de la última pretemporada, el equipo está mejor preparado (y organizado) para presionar en bloque, recuperar y ser muy agresivo en ataque; una fórmula que recuerda al Belgrano del “Ruso”. Ese regreso a las fuentes y a la identidad perdida sólo fue posible por una puesta a punto capaz de “bancarse” el concepto. En la Primera Nacional muchos equipos son intensos, pero pocos tienen los recursos de Belgrano para sacarle el mejor provecho a esa condición.
4) Competencia interna y motivación
Hasta no hace mucho, parecía que Belgrano tenía varios casilleros sin llenar; puestos en los que no encontraba al jugador que se hiciera cargo. Sin embargo, en las últimas fechas aparecieron opciones impensadas: la recuperación de Sebastián Luna, la adaptación de Bruno Amione al lateral izquierdo, el crecimiento de Martín Rivero, la participación más que positiva de juveniles como Santiago Longo y Ulises Sánchez, etc. Hoy la realidad se muestra diferente: el del Pirata termina siendo un plantel con opciones en todas las líneas. La competencia interna y el mensaje del DT (“en mi equipo juegan los que mejor veo durante la semana”) han despertado la motivación en los jugadores. Todos quieren estar y nadie quiere salir. El incidente entre Nahuel Luján y Caruso –que no pasó de ser una anécdota por la inmediata autoridad que sacó a relucir el entrenador– dejó en claro eso.
5) El momento de Pablo Vegetti
Aunque en Belgrano hay una superación de lo colectivo, tener un as en la manga es un plus irrenunciable, una “bendición” que puede resultar decisiva para sus aspiraciones. El “9” es un optimista nato y no es casual que el gol lo premie tan seguido, ya que esa es su búsqueda constante. Desde que se puso la celeste asumió ese rol. La diferencia es que, hasta no hace mucho, el ex-Instituto tenía que vestirse de superhéroe para buscar la pelota, generarse un espacio, pelearse con los defensores y con el árbitro y no fallar de cara al gol. Ahora la pelota le llega como último eslabón de un circuito de juego (que suele limpiarse a partir de Hernán Bernardello). Equipo, así le llaman